Bievenidos a 2 Cuaimas y 1 Bicho, espacio que no pretende darle solución mágica a los males que surgen en la cama, pero sí arrojar luces sobre un tema que pocos hablan, pero todos conocen.

viernes, 3 de septiembre de 2010

“Mis amigos de la oficina están sospechando que soy gay y yo me niego a aceptarlo”

“Tengo casi un año en mi trabajo. Nunca le he comentado a nadie que soy homosexual, pero creo que mis compañeros de trabajo están sospechando sobre mi inclinación, pues siempre comentan sobre los hombres que aún no salen del closet en mi presencia y bromean conmigo”. Así lo escribió Antonio C., de 24 años de edad,  al correo electrónico 2cuaimas1bicho@diariolaregion.net, quien solicita consejos porque no sabe si confesar su condición o seguir negándolo hasta la muerte.


Anaconda

Que sobrevaloración tiene el asunto de las confesiones. Esa es tu vida y es tu cuerpo, en tus manos está declararte o no; pero no le veo sentido llevar una doble vida, es decir, dártela de heterosexual frente a tu grupo de trabajo (con quienes uno termina estrechando vínculos amistosos debido al alto número de horas diarias que se comparte), y otro en la noche.


Evidentemente como individuos tenemos una intimidad, y no vamos a estar revelando nuestra vida al mundo entero, pero si eres gay, es parte de tu personalidad, y no debes cambiarla por, de antemano, pensar que te van a juzgar.


Particularmente comparto con gente maravillosa en el diario, y aunque hay días en que no soporto al que tengo al lado (lo cual es comprensible después de 12 días trabajando seguido), no me imagino en el almuerzo sin hablar de lo que me pasó en la noche con mi esposo, la última pelea con mi mamá o la gracia de mi perrito).


Si ya te lo están asomando de manera directa, aprovecha la ocasión y dilo; nada cambiará. Eres igual al resto de tu entorno, sólo que mientras los chamos se van con sus chicas y viceversa; tu compartes la cama con tu mismo género; pero sigues siendo Antonio; el hombre trabajador y echado pa´lante. Así que deja el desgaste diario, y vive la vida de la mejor manera que se puede: Libremente.


Boa Constrictor 

Antonio,  si son tus verdaderos amigos, no creo que duden en aceptarte como eres. Ser homosexual no es nada del otro mundo, no eres ni el primero ni el último. Ténles confianza, estoy segura que te sabrán entender.


Puedes acercarte a la persona que le tengas más confianza y tiene que ser en un momento en que te sientas muy cómodo, tal vez que estén hablando de intimidades o cosas así. Puedes aprovechar y decirle que hay algo que quieres compartir con esa persona porque te da confianza, porque consideras que es importante en tu vida y le sueltas que eres homosexual. 


Antes de decírselos y esperar a que te acepten, debes aceptarte tal cual eres, debes estar bien seguro de ti mismo, y saber siempre que uno no es mejor o peor si tiene preferencias distintas a los demás.


A lo mejor cuando tú se los digas algunos se van a alejar, pero tú te habrás quitado un enorme peso de encima, y verás quienes realmente son tus amigos y quienes no. La gente te debe de querer por lo que vales, por quien eres, con tus defectos y virtudes, y no por ser hetero u homosexual.


Bicho

Luego de la salida del closet de Ricky Martín, quien lo hizo a través de twitter creando conmoción en la opinión publica mundial, muchos homosexuales parecen sentirse tentados a seguir sus pasos. Desde mi humilde punto de vista, al menos que seas recontrafamoso, no creo que sea necesario que te guindes un cartelito en la frente con la frase “Soy gay” o que te redactes un comunicado en facebook y etiquetes a todos tus amigos.


Lo he dicho en otras oportunidades en esta columna, “salir del closet” es una decisión que debes tomar sólo cuando te sientas totalmente seguro, pues requiere de una autoestima propia positiva. No se trata de que llegaras un día a tu oficina, reunieras a todos tus compañeros y le anunciaras tu condición sexual, como si se tratara de mostrar un par de zapatos nuevos. 


Lo incorrecto es aparentar ser quien no eres, es decir, inventar relaciones heterosexuales ante tus amigos -quienes ya sospechan-; deja que fluya, no forces nada, llegará el momento que sin mayor esfuerzo y sintiéndote cómodo lo dirás.   


El experto  

No puedes saber la reacción que va a tener la gente una vez que salgas del armario. La reacción puede ser buena o mala, pero tú no eres Dios y no puedes conocerla previamente. La gente muchas veces sorprende: puede que se encuentre enfadada o avergonzada, pero también caben reacciones de sorpresa, de orgullo por tener un hijo, hermano, o amigo así, e incluso el alivio de que por fin los hagas partícipes de algo que intuían.


Prepara una situación relativamente manejable que te sirva de referencia para futuras salidas. Por ejemplo, una buena forma es salir con tu mejor amigo o amiga. Creo que no tiene sentido mantener una amistad profunda si no se comparte una parte tan importante de tu vida, por lo que tal vez merezca la pena empezar por ahí. Además, el amigo puede servir como un pilar o apoyo fundamental para futuras salidas. Dile que tienes que quedar para contarle un aspecto esencial y a la vez complicado de tu vida (o de tu sexualidad), que deseas compartir con él o ella (así se hará una idea de por dónde vas). Observa su reacción. Si se muestra receptivo y con ganas de conocerlo, continúa. Si se muestra esquivo o trata de evitar la situación, tal vez merezca la pena intentar con otra persona (o incluso cambiar de amigos).


No hay comentarios:

Publicar un comentario