“No soy para nada tímida y más bien me encanta experimentar nuevas cosas en el sexo, pero a mi novio nuevo le encanta el sexo anal, y lo he hecho por compromiso, pero me parece la cosa más incómoda del mundo, siento que estoy yendo al baño; y aunque se lo he explicado, él insiste demasiado hasta que termino complaciéndolo, aunque no me excite en lo más mínimo y más bien cuento los minutos para que se acabe”. Así lo escribió Natasha C., de 25 años de edad, al correo electrónico 2cuaimas1bicho@diariolaregion.net,quien desea complacer a su pareja sin que esto implique un sacrificio para ella.
Anaconda
Podría asegurar con certeza que toda mujer se ha topado al menos con un bicho en su vida que tenga una fijación con el sexo anal; y que ya complacido por compromiso, lo quiera agarrar de guachafita cada vez que se va al ring.
Y es que no importa cuántas veces le expliques que te sientes extraña (por no comentar que se trata de un orificio de salida que tiene una función específica), que no sientes placer y que te incomoda, por hablar con palabras bonitas, porque mientras lo estás diciendo, él te está poniendo en posición para autocomplacerse.
Con el cuento de que es más estrecho y tienen más sensación, básicamente no les importa qué pueda sentir su cuaima amada, y se ponen pichacosos hasta que la chica, con tal de no oír más las súplicas, cede, aunque esto represente que el momento lujurioso se convierta en algo peor que la visita al ginecólogo la primera vez.
Sin embargo, no se puede dejar por fuera a las congéneres que no sólo disfrutan, sino que exigen que en cada encuentro le hagan sexo anal, sin el cual algunas incluso no pueden llegar a la gloria.
En tu caso Natasha, procura negociar; que una semana haga él lo que tú quieras y la otra escoja él; cuando sea tu turno, echa mano de aceites, procura tomarte una copa de un buen vino (o tu bebida favorita) y entrégate. Todo se resume en que te relajes y cooperes, como dirían los malandros antes de asaltar a mano armada.
Boa Constrictor
Como les digo todas las semanas, la comunicación es lo más importante, porque de nada vale que él disfrute si a ti te da dolor. Cuentan por allí que hay varias posiciones para practicar el sexo anal, no solo el tradicional perrito o en cuatro; intenten con una nueva posición, quizás así sientas placer y complazcas a tu bicho.
Sumado a esto, puedes adquirir en tu Sex Shop de confianza, lubricantes, porque el sexo anal suele doler más al no estar el área humedecida, contrario a la vagina que sí lubrica. Te aseguro que luego de leer estos tips a lo mejor te guste la cosa.
Si por el contrario sigues sintiendo dolor, mejor dile a tu bicho que busque otra manera de hacerse feliz y así hacerte feliz a ti. Recuerda: las relaciones son de dos, no de uno sólo.
Bicho
Sólo hay dos cosas que las cuaimas pueden hacer cuando aceptan entregar la retaguardia: relajarse y cooperar, de lo contrario les ocurrirá como a Natasha, quien por el simple hecho de complacer a su bicho sufren un “calvario” cada vez que lo hacen.
Es cierto, los hombres por una u otra razón -que no pienso explicar en este reducido espacio- pedimos en algún momento una “prueba de amor sincero”, la frase a la que echamos mano: mi vida si de verdad me quieres, déjame hacértelo por allí.
La mayoría se niega y tras una explicación y la promesa de ser delicado y detenernos si duele, ellas acceden; pero también hay un gran número de cuaimas que disfrutan al máximo el sexo anal y que lo exigen con la misma vehemencia con la que nosotros se lo pedimos a las que se niegan.
Mi humilde consejo, tanto para Natasha como para las cuaimas que nos leen, es que lo hagan sólo cuando estén dispuesta a disfrutarlo y no simplemente para complacerlo; echen mano a los consejos que nuestro experto de esta semana y les aseguro que se unirán al club de las que lo gozan tanto como nosotros.
Expert@
Existen 5 consejos de oro a la hora de esta práctica: Relajación, excitación, caricias, sexo y orgasmo anal. Es importante destacar que ambos deben estar seguros de querer hacerlo; para así relajarse y darle paso a los juegos que subirán la libido y permitirán la penetración, que debe darse despacio, sobre todo, es tener paciencia y juguetear con las caricias, con tu lubricación vaginal y tu clítoris para que estés tan excitada que no se te quiten las ganas de seguir intentándolo. Si ves que te duele aplica un poco de lubricante en el ano o en su pene para que la penetración sea suave y placentera.
Una vez dentro empezarás a sentirte cada vez más y más excitada, lo importante es que tú controles la penetración con el ritmo e intensidad que más te gusten, así podrás alcanzar el clímax y disfrutar de un orgasmo anal placentero.
El orgasmo anal es uno de los más intensos por la cantidad de nervios que se alojan en la zona. Hay mujeres que dicen que pierden, incluso, el control de su cuerpo y notan como todos sus músculos vaginales y anales se contraen, proporcionando a tu pareja un placer que sólo el sexo anal puede provocar.
En resumen, lo más importante es estar tranquila, saber que quieres hacerlo, tener paciencia para que la mente no te juegue una mala pasada y tener a mano siempre un bote de lubricante femenino, si a eso le unes caricias, besos con lengua, frases picantes y jugueteo seguro que te será mucho más fácil. (Tomado de expertos de www.cosmohispano.com)
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