Bievenidos a 2 Cuaimas y 1 Bicho, espacio que no pretende darle solución mágica a los males que surgen en la cama, pero sí arrojar luces sobre un tema que pocos hablan, pero todos conocen.

martes, 18 de enero de 2011

“Yo se lo quiero dar y él no me lo quiere recibir”

“Siendo el sexo uno de mis placeres diarios, me gusta innovar en la cama para darle un toque de sazón. En medio de esa búsqueda probé el sexo anal y descubrí que me encanta, incluso, a veces sólo logro alcanzar el orgasmo por esta vía. Sin embargo, a mi esposo no le gusta, y casi que tengo que rogarle para que me haga el favorcito”. Así lo escribió al correo electrónico 2cuaimas1bicho@diariolaregion.net Eugenia S., de 29 años de edad, quien desea saber algún truquito para incentivar a su bicho a que le dé lo que ella pide.

 

Anaconda

Yo diría que estamos en presencia de un milagro, un verdadero fenómeno, porque en el año que llevamos procesando casos de cama, los referidos al sexo anal son a la inversa: hombres pidiendo que la mujer quiera hacerlo por la retaguardia; y féminas negadas a hacerlo porque les duele o porque dicen que eso tiene una sola función y es de salida; nada de ingresos.

 

Superado el impacto que me genera que seas tú quien ruegue, puedo sugerirte ciertos consejitos para que tu compañero, que parece un poco cerrado para esta práctica (tal vez lo vincule a la homosexualidad) no se pueda resistir. 

 

Inicia tu jornada con muchos aceites de por medio; masajes, besos y caricias. Ve cambiando de posiciones y cuando el hombre vaya a estallar, colócate boca abajo hasta que satisfaga tus deseos

 

También puedes ir a la ducha, con el agua caliente bombardeando sus cuerpos resbalosos y enjabonados, te pones a juguetear hasta dar la espalda, incitándolo a que sea él quien tome la iniciativa. Una vez en el momento, tienes que mostrarte súper excitada, para que el bicho entienda que ves fuegos artificiales con esta posición y que es su “cohetón” el que puede brindarte tal satisfacción.

 

Como el amigo no es muy amante de la posición, no le exijas todos los días lo mismo; de manera que los dos se sientan a gusto. Para que él se sienta incluido, pregúntale si existe algo que quiera experimentar en la intimidad, alguna fantasía, y complácelo haciéndolo realidad. Así los dos estarán satisfechos y mantendrán alejada la rutina por un muy buen tiempo.

 

Boa Constrictor

 

Amiga eres uno  de los casos atípicos en materia de “darlo y recibirlo”. Coincido en lo que dice mi colega cuaima de que normalmente es a la inversa, aunque no me causa impacto porque cada día las cuaimas están más atrevidas en la cama y dejaron atrás lo de ser mojigata porque se le puede mirar feo o pensar que es una prostituta más y no una dama decente.

 

Si buscas en Internet, verás que la proporción es 1 a mil. La clave de todo es la comunicación, y que como buena cuaima te valgas de toda clase de artimañas (geles, juguetes, entre otros) o bien negociar, algo así como que tu me das lo que yo quiero y te dejo salir el viernes con tus amigotes. Quien quita y allí, tu querido bicho se lance a la aventura y descubra una nueva forma de darte placer.

 

Ahora bien, sobre eso de que en ocasiones solo alcanzas el orgasmo por detrás es un poco más complicado pues es bien sabido que las féminas tenemos innumerables puntos para obtener el placer y si solo lo alcanzas de una sola manera deberías de jugar con otros y no ser tan estricta con tu bicho. Al fin y al cabo los dos deben terminar su acto sexual plenos y haberlo disfrutado al 100 por ciento. 

 

Bicho

Estoy seguro que el 99,9% de los hombres que leerán hoy esta columna, se llevarán las manos a la cabeza y exclamaran: “Dios no le da cacho a burro!”. Es muy difícil, corrijo, imposible de entender, que sea una mujer la que suplique que le den por la retaguardia.

 

Y es que el 90% de las cuaimas se niegan, por decreto, a practicar el sexo anal, el restante 10% lo utiliza para chantajear, suelen decir: “papi si me llevas para tal sitio, o me compras tal cosa, o te portas bien, te lo doy”. Mientras que los bichos estamos hartos de que sea un mito y se nos considere “enfermos” por proponerlo.  

 

Pero como mi trabajo es defender hasta la muerte a mis colegas, intentaré entender la razón por la que tu novio se niega a hacerte el favorcito. Creo que el problema está en la forma como lo estás pidiendo, mejor dicho ofreciendo o entregando; quizás el bicho se sienta intimidado, entiende que eres única en un millón, cualquiera se sentiría así. 

 

¿Cómo lograr que el pana te haga lo que miles te harían sin que lo pidas? sigue los consejos de Anaconda, quien te da unos tips para que apliques en la ducha que no deberían fallar.    

 

Expert@

Para poder disfrutar esta variedad del sexo es necesario olvidarse de prejuicios y temores al respecto, ya que debemos considerar que:

 

-El sexo anal no es una práctica exclusiva de los homosexuales, aunque claro, ellos lo practican, pero también es una de las formas de sexo preferidas por algunas parejas heterosexuales.

 

-Algunas mujeres rehuyen este acto al pensar en "recibirlo" por el ano, pero no hay razón para este temor si se toman las debidas precauciones.

 

-Muchas personas experimentan placer al defecar, lo admitan o no.

 

-Tu ano no es malo, mucho menos es una parte obscura o misteriosa de tu cuerpo.

 

-La culpa es el inhibidor de las delicias anales y la tensión es la causa de la incomodidad.

 

-El conocimiento y exploración de tu ano puede conducirte a placeres insospechados y sin límite.

 

El sexo anal es muy placentero si se practica con técnicas de higiene y sanidad. No es bueno defecar para asegurarse de que el ano se encuentra limpio y apropiado. Algunas personas gustan de hacerse una lavativa, pero, usualmente, esto es más por estimulación sexual que por necesidad. Una ducha a conciencia es más que suficiente para garantizar la higiene. Si no conoces bien a tu pareja, entonces deberán usar condón, los amantes inteligentes lo usan, no importa con quien lo vayan a hacer.

 

Es muy importante que hables a tu compañero y le digas lo que sientes. Un acto placentero que relajará tu ano es pedir a tu pareja que haga círculos en la abertura con las yemas de los dedos lubricadas; esto tiene un efecto calmante y, si tu compañero es gentil, tu también te relajarás. Si no consigues soltarte, quizá tengas un bloqueo mental que no te permitirá ser penetrada. Si es el caso, conversa con tu pareja al respecto. Si no eres realmente seria acerca del sexo anal y no puedes relajarte, tal vez desees visitar a un consejero o un terapista sexual. (Tomado dewww.tnrelaciones.com)