Bievenidos a 2 Cuaimas y 1 Bicho, espacio que no pretende darle solución mágica a los males que surgen en la cama, pero sí arrojar luces sobre un tema que pocos hablan, pero todos conocen.

martes, 6 de abril de 2010

“No sé si soy infiel si tengo sexo cibernético”

“Tengo más de diez años casada y aunque amo a mi esposo, la rutina ha acabado con ciertas cosas entre nosotros, por lo que comencé a buscar amigos por Internet, situación que me llevó a una aventura cibernética. Aunque todo ha sido virtual y ni siquiera se ha planteado la idea de vernos, siento que estoy engañando a mi esposo”.

Así lo relató Karina Mijares, de 38 años de edad, quien decidió escribir a 2cuaimas1bicho@diariolareg
ion.net para saber si efectivamente es infiel o no.

Anaconda

Si me ganara 1 bolívar fuerte cada vez que escucho una historia de este tipo, ya estaría más cerca de reunir los churupitos para el viaje a Europa. Y es que aunque pareciera increíble, cada día son más las personas que utilizan la internet como un escape a sus monótonas vidas, en las cuales, como es normal, llega un momento de estancamiento en la relación.

Aunque dices que no han cuadrado para verse, el hecho de que lo mencionaras sin que nadie preguntara, me hace intuir que la idea ya te ha rondado la mente, tanto que temes que el tipo te guste y la situación se vaya de tus manos.

Una cosa es la fantasía. Decir que tienes 25 en vez de 38; que tienes 10 kilos menos y tus ojos son más claros, es una manera de jugar a ser otra persona con una vida divertida que puede tener momentos de desenfreno virtual; pero de allí no va a pasar la cosa, a menos que quieras besar la compu y acariciar el monitor.

Si te gusta ese anonimato, entabla un juego con tu esposo, a ellos también les gusta tener un respiro y fantasean con tener a otra chica en su cama; si eres rubia, sorprendelo con una melena roja, y en vez de gastar tiempo frente a tu máquina, inviértelo en mejorar la relación que tú misma estás descuidando bajo la excusa del tiempo que tienen juntos.

Una cosa es que tengas amigos con quienes conversar, y que te halaguen los piropos de los hombres, pero si estás buscando algo más quiere decir que algo está fallando en tu matrimonio, y mientras más dejes pasar los día, más se va a deteriorar; así que ponte las pilas y en vez de hablar con un desconocido prepárale la mejor noche a tu bicho, que tal vez se sienta sólo y ni siquiera te has dado cuenta. En cuanto a tu interrogante de si entra en la categoría de infidelidad, pregúntate qué pensarías si encontraras una conversación de este tipo entre tu esposo y otra mujer que conoció en la web.

Boa Constrictor

Creo que esta historia ya la escuché antes. Novios virtuales, relaciones a distancia, cachos cibernético ¿Pero qué es lo que pasa con las relaciones en este mundo? ¿Se nos hace tan difícil mantener una verdadera relación (noviazgo, amantazgo, matrimonio, amigos con derecho) en lo que llamamos el mundo 1.0?

Es más, a mi parecer estás buscando lo que no se te ha perdido. Yo apoyaría hasta que tuvieras una ilusión de algo más real, algo tangible, tocable, un amor de un hombre al que puedas abrazar, besar y acariciar, eso si es una infidelidad; no esta ilusión que vives apoyada en los avances de la tecnología y que no dudaría en afirmar que hasta te estés enamorando.

No me puedo imaginar siquiera alguien que pase horas retorciéndose de las ganas frente al computador y hasta casi adorando su propio teclado, desnudándose frente a la camarita para que al otro se le alteren sus hormonas.

Lo que debes ver es la cantidad de horas que pasas sentada frente de un monitor, esperando a que aparezca “él” para decirte lo que quieres leer y evaluar si la cosa puede trascender; en caso de ser afirmativo, siéntate a hablar con tu esposo.

Bicho

Karina no tienes porque sentirte culpable por practicar el sexo cibernético. Esta modalidad ha crecido a pasos agigantados en los últimos años y la “moda” del meneo por algún medio de comunicación es una buena opción -desde mi humilde punto de vista- para quien no quiere compromisos o simplemente busca un encuentro casual sin tener la preocupación del contagio de alguna enfermedad. Ojo, siempre y cuando no se convierta en una adicción que desplace el encuentro físico.

Buscando numeritos en la web, me encontré con los siguientes datos: el 25% de los españoles utilizan el internet con fines sexuales y el 30% de los norteamericanos han mantenido en alguna etapa de su vida aunque sea una relación sexual virtual. Viste, no estas sola en el tema del meneo virtual.

Que estás engañando a tu esposo, definitivamente sí; al menos que él sepa -no es tu caso por lo que escribiste- que te diviertes de ese modo con otros “amigos”, como ocurre con otras parejas que no sólo comparten viendo películas para adultos juntos, sino que utilizan la web para ponerle sabor a su relación.

“Eso es para enfermos”, “práctica de gente desviada y depravada”, son algunas de las frases que sueltan quienes rechazan este tipo de prácticas, reacciones que me confirman lo que siempre he dicho: vivimos en una sociedad hipócrita y sexualmente reprimida.

Llamamos a la policía cuando vemos a un transexual caminando por las inmediaciones del parque Los Coquitos para que vengan, lo espanten y le peguen, pero aplaudimos y premiamos al travesti que es famoso, el que tiene su propio programa de televisión. A nuestras madres les horroriza cuando ven a una chica parada en la esquina en pose dudosa, pero les parece genial que otra muestre sus dos poderosas razones para vendernos un par de zapatos o un refresco. Criticamos al vecino que decidió salir del closet, mientras halagamos que Ricky Martín haga pública su condición homosexual. Una triste realidad que debemos superar para poder crecer como sociedad.

Habla el experto
“Los pacientes no llegan hablando directamente de sus aventuras online. Vienen porque sus parejas no andan bien, porque tienen una necesidad o problema no resuelto y, de refilón, resulta que mantienen relaciones virtuales y manifiestan incomodidad por tener historias ocultas, pero no se sienten concretamente infieles, porque no han dado un beso, ni tenido un coito con estos amantes”.

Explica los alcances de la palabra infiel, que traducida del latín infidelis significa “falta al compromiso”. Y añade: “En términos estrictos, podríamos hablar de infidelidad a través de internet en la medida en que el compromiso establecido en la pareja se quebrante y transfiera hacia afuera, hacia un tercero, aunque esto no involucre la parte física”.

“La infidelidad virtual es tal en la medida en que las personas están buscando algo que sienten perdido en la pareja, porque perciben que la relación ya no es lo que fue”. Especifica que esta situación es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Ellas son más proclives a buscar idilios virtuales que suplan o reemplacen carencias afectivas. Ellos, en cambio, tienden más a la búsqueda de cibersexo y, en general, sólo pretenden vivir un flirteo pasajero, con ninguna intención de afectar o poner en peligro su vida de pareja.

Giorgio Agostini
Psicólogo