“Me da pena presentársela a mis panas porque prensa más de 100 kilos, pero es una diosa en la cama”

“Llevo cuatro meses saliendo con una chama que pesa 130 kilos y mide un metro 75 cm. A mí me gustan las llenitas, pero ella está más allá de un simple rollito. Todo comenzó en una rumba. Aunque se inició como un chalequeo, después que estuvimos en la intimidad me dejó loco y nos empatamos. El rollo es que no se la he querido presentar ni siquiera a mi familia  porque sé que se van a burlar, pero no la quiero dejar porque sabe hacer lo suyo”. Así lo escribió al correo electrónico 2cuaimas1bicho@diariolaregion.net, Luis, de 22 años, quien se debate entre aguantar los comentarios de sus amigos, o privarse de su “mejor” experiencia sexual hasta ahora. 

Anaconda

Es que mientras más conozco a los hombres más quiero a mi perro Tornado. Varios son los adjetivos calificativos que se me vienen a la mente, pero por respeto a los lectores me los reservaré. En todo caso, espero que la incauta que cayó en tu colchón sea la que lea esto y se dé cuenta qué clase de bicho tiene al lado.

Cuando dicen que los hombres jamás llegan a madurar es total y absolutamente cierto, pues sólo a personas básicas se les ocurre anteponer su felicidad ante el qué dirán de los otros, más en una sociedad tan chismosa como la nuestra, donde hablan por lo que sea y critican por criticar.

Si es simplemente el sexo lo que te amarra a esta chica, por lo menos ponte los pantalones y háblale claro; dile que sólo la quieres para eso y ya, ella verá si le conviene o no (capaz y la cuaima es new age y es lo que busca); y hazlo pronto, pues no creo que aguante mucho más sin conocer a tu entorno. Si por el contrario, te escudas en la parte física, pero en realidad tus sentimientos hacia ella están aflorando y por eso no te puedes separar (más el bono en el ring), déjate de ridiculeces y aguante su palo de agua con sus amigos, quienes te envidiarán al saber que la flaca que tienen al lado carece de cualidades que le dan el sabor “secreto” a tu gordita.

Boa Constrictor

No puede existir nada peor en la faz de la tierra que tú, y disculpame si te hiero, pero no se puede ser tan vacío y superficial. 

Mi estimado Luis, no me quiero imaginar como será tu vida  cuando ya no tengas 22 años y la gravedad no te ayude a levantar ni un mal pensamiento. Porque de verdad, no he visto el primer hombre que no envejezca y se preocupe porque su fiel amigo no funcione o peor que esté tan gordo que ni siquiera logre saludarlo.

No te pienso decir más, porque espero que tu cuaima esté leyendo esto y a ella le digo: “Déjalo ya!”, pues por ti no daría ni un Bolívar ni de los viejos que no eran fuertes.

Luis decidete a ser feliz con la gorda, la falca, la fea o la negra, pues la química siempre nos juega malas pasadas y lo que tanto criticamos termina por derretirnos y hacernos los más felices. 

Bicho

Al pobre Luis, Anaconda y Boa le dieron hasta con el tobo. La reacción de las cuaimas ante este caso se entiende, es lo que yo llamo “solidaridad automática” entre especies del mismo genero, recordemos que no hay mayor insulto para una mujer que decirle gorda o rellenita, es peor que mentarle la madre.   

Entiendo hasta cierto punto a Luis, eso de aguantar chalequeo de los panas no es fácil, pero si realmente quiere a su gorda -tal como lo escribe en el mail que no envío- debe no sólo ser sincero consigo mismo, sino también con su cuaima y juntos resolverlo.

Más allá del físico y del debate que puede generar este tipo de casos, creo que preocuparte por el qué dirán es lo de menos, tendrías que hacerlo por la salud de tu chica, porque sin duda está excedida de peso - 130 kilos y mide un metro 75 cm-. Habla con ella, dile cuanto te gusta y lo importante que es para su salud que pierda algunos kilitos, eso sí, sutilmente sino quieres terminar golpeado. Estoy seguro que tu cuaima te lo agradecerá. 

Expert@

Una encuesta reveló que el modelo de mujer flaca, casi andrógina, no es atractivo para la mayoría de los hombres. Ellos aseguran que prefieren una silueta rellenita, aunque sin exagerar. 

Según una reciente encuesta realizada por la consultora D’Alessio IROL, para la revista “ELLE”, el 37% de los hombres confesó que le fascinan las curvas. Pero tampoco hay que exagerar: las rellenitas no les resultan atractivas. Prefieren una figura esbelta, pero formada.

La obsesión por poder lucir los talles XS, la necesidad de subirse a la balanza del baño cada mañana parece haber cansado a muchos hombres. Según se desprende del sondeo, a ellos no les importa la talla que las mujeres usan, sino que posean unas proporciones adecuadas y equilibradas.

El psicólogo Arturo Gómez López, especializado en terapia de pareja, señaló “las formas sinuosas volvieron a ser erotizadas, después de haber criticado (por el alto grado de padecimiento que produjo, tanto a nivel psíquico como físico) a la extrema delgadez como modelo de belleza. Hoy las curvas se asocian a más belleza y a mayor atractivo sexual. Además, las mujeres rellenas tienen menos dificultades para mostrar la desnudez”.